Breve historia del Cacao
El cacao es quizás uno de los ingredientes de la repostería más conocidos en todo el mundo, tanto por su versatilidad a la hora de trabajar con él como por el resultado de los productos finales obtenidos, ya sea por su apariencia o por su delicioso sabor.
El cacao se sabe que surgió hace ya más de 4 milenios en los territorios de América del Sur, más concretamente en lo que hoy es Venezuela para posteriormente extenderse por las zonas limítrofes.
Las primeras civilizaciones de las que se tiene constancia que uaran el cacao con fines alimenticios fueron los Mayas y los Aztecas, de hecho fueron los primeros los que «bautizaron» este excepcional producto. Lo llamaron «Cacau», que proviene de juntar los dos términos «Cac» que significa rojo y «Cau» que significa fuerza y fuego.
Pues bien, con este producto preparaban una bebida a base de triturar las habas de cacao y mezclarlas con agua caliente a lo que llamaban «xocolatl» o «agua espumosa», la cual consideraban como bebida de Dioses. Así que ya sabéis de donde viene la palabra chocolate!
Fué Cristobal Colón el primer europeo en degustar la bebida espumosa preparada por los Mayas y Aztecas y más tarde Hernán Cortés traería consigo habas de cacao al viejo continente. Pero esta importación de poco sirvió ya que por el clima, el cacao fue imposible de cultivar. También se intento en zonas colonizadas como la República Dominicana o Haití, pero al no conocer los secretos de su cultivo este intento fue totalmente infructuoso. Se cree que fueron los frailes Capuchinos los que difundieron el sistema de cultivo del cacao Criollo consiguiendo exportarlo a otras tierras.
Fue ya a mediados del siglo XVII cuando el chocolate se extendió de forma abrumadora por todos los países comercializándose incluso en forma de tabletas. Aunque en aquella época era un artículo de súper lujo, sólo los integrantes de la alta sociedad se podían permitir el consumirlo de hecho se llegó a valorar con una equivalencia de 3/4 de su peso en oro.
Sería ya más tarde cuando los Suizos comenzaron a mezclar el chocolate con leche lo que hacía que su sabor fuera más suave y su textura más cremosa. Henry Nestlé mezcló chocolate con leche condensada para obtener lo que se conoció como chocolate suizo. Finalmente fue Rudolph Lindt el que tuvo la genial idea de mezclar chocolate con leche y manteca de cacao con lo que obtuvo un producto final más cremoso y firme, podríamos decir que lo más parecido a lo que hoy conocemos como chocolate.